Un hombre rico en la suciedad

Demasiado aturdida para hablar, Phoebe miró al espíritu Sajón que le debía una explicación si es que tenía una. Le había dicho claramente que solo ella y los fantasmas podían ver el colgante, así que qué demonios estaba pasando.

—Supongo que él también está experimentando algunos cambios, ya que David le da energía al colgante igual que los fantasmas, tiene sentido que pueda verlo —llegó la explicación del espíritu que tenía perfecto sentido.

Phoebe miró a David con ojos inquisitivos.

—¿Me estás diciendo que puedes ver este colgante? —preguntó solo para confirmar.

Él se encogió de hombros y asintió.

—Sí, ¿cómo es que brilla así a veces, lo cargas o algo? —llegó su pregunta despreocupada que hizo que Phoebe riera maniáticamente.

—¡Esto es verdaderamente increíble!