Galleta dura

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La abuela Mayfair nunca había sentido tantas ganas de darle una palmada a su nieto Collin Mayfair como en ese momento. No le gustaba la manera en que miraba a Phoebe ni cómo le había gritado.

—¿Hay algún problema aquí? Collin, te estoy preguntando, ¿por qué miras con esa cara a mi nieta? Solo lleva aquí unos minutos y ya estás mostrando tu comportamiento grosero. Vamos todos a intentar llevarnos bien.

La abuela Mayfair no iba a tolerar a nadie que mostrara cualquier tipo de animosidad hacia Phoebe y la asustara.

Collin se puso una mano en la frente y otra en la cintura mientras caminaba sin rumbo.

¿Cómo se suponía que iba a decirles que había leído sus pensamientos sin parecer loco?

Una risita ahogada se escapó de los labios de Phoebe, pues era agradable ver al todopoderoso Collin siendo reprendido por su abuela. Con toda su fuerza y lengua afilada, no podía mantenerse firme cuando se enfrentaba a la anciana. Ahora sabía que necesitaba a la vieja matriarca de su lado.