Era una pregunta simple pero cargada, un problema que Phoebe no podía abordar por sí misma. Después de todo, ella no era política y un funeral de estado era un evento político o militar. No había pensado en lo que iba a hacer para ayudar a los fantasmas a seguir adelante porque habían estado pasando muchas cosas. En esta situación particular, había una persona que conocía que podía ayudarla y ese era Amon Drusus.
—No lo sé, pero necesito involucrar al gobierno, estos hombres sacrificaron sus vidas por este país y por eso merecen un entierro digno. Disculpen un segundo.
Caminó hacia su oficina y llamó a Amon.
Dudó por un segundo antes de hacer la llamada, pero la urgencia del asunto superaba su disgusto por el cazafantasmas excesivamente crítico.
—Necesito ayuda, si puedes, ven a mi café ahora mismo.
—¿Está relacionado con fantasmas? —Amon tenía entusiasmo en su voz. El hombre era como un adicto y su adicción era desterrar fantasmas.