Carcomido por la preocupación, David temía que su madre y su hermana borraran el progreso que había logrado hasta ahora con Phoebe. ¿Cómo se suponía que ella estaría con él cuando tenía monstruos egoístas como familia? Ella ya había probado su ira en la vida pasada.
Ya estaba resuelto a mantenerlas alejadas de Phoebe y su comportamiento acababa de cimentar su resolución. No le importaba lo ofendidas que parecieran estar ahora.
—Ella les ha dicho claramente que no quiere tener nada que ver con el grupo Saxon. Si las atrapo cerca de Phoebe otra vez, tratando de imponerle sus deseos, haré algo drástico y les prometo que a ambas no les gustará —gruñó David.
Estaba tan enojado que se podían ver las venas pulsando en su cuello. David tiró suavemente de la mano de Phoebe.
—Vamos Pheebs, vámonos. —Sus esfuerzos fueron inútiles ya que Phoebe permaneció de pie donde estaba.