En el campamento

Mientras permanecía allí, paralizada, los ojos penetrantes del coronel se dirigieron a los otros oficiales. —Necesitamos investigar este asunto más a fondo. Aseguren el área y reúnan a cualquiera que pueda haberlo visto. Quiero que registren este campamento de arriba a abajo. Si Lucavion sigue aquí, lo encontraremos.

Los oficiales asintieron al unísono, sus expresiones sombrías mientras se dispersaban para cumplir las órdenes. Jesse los observó marcharse, con el corazón latiendo fuertemente en su pecho. No podía quitarse la sensación de que algo estaba terriblemente mal. Lucavion no simplemente mataría a alguien y huiría—al menos, no el Lucavion que ella conocía.

Momentos después, más soldados entraron en la tienda, sus rostros mostrando determinación mientras comenzaban a buscar entre las pertenencias de Lucavion. Jesse se mantuvo a un lado, observando en silencio mientras revisaban sus cosas, esperando contra toda esperanza que encontraran alguna pista que probara su inocencia.