Subyugación

—Esto es un desafío directo. Él sabe que no mataremos al chico.

Las palabras de Alric resonaron en la habitación, y eso hizo que el paso de Korvan se volviera más furioso con cada segundo que pasaba, su mente hirviendo de ira.

—Matar al chico —gruñó, su voz llena de veneno—. ¡Deberíamos cortarle la cabeza ahora mismo y arrojarla a las puertas de Costasombría! ¡Mostrarles lo que sucede cuando se meten conmigo!

Alric, de pie en las sombras junto al trono de Korvan, entrecerró los ojos ligeramente pero mantuvo su calma.

—Korvan, no podemos hacer eso —dijo, con un tono medido y calculador—. Si matamos al chico, perdemos nuestra única ventaja. En el momento en que su cabeza ruede, el Barón Edris no tendrá razón para contenerse. Vendrá contra nosotros con todo lo que tiene.

Korvan giró sobre sus talones, mirando furiosamente a Alric.