Después de la charla, Lucavion se sentó una vez más, cruzando las piernas y cerrando los ojos mientras entraba en un estado meditativo. Su respiración se ralentizó, el ritmo constante ayudándole a alinearse con el flujo de energía dentro de su cuerpo. El maná residual de la Vena Fundamental Menor aún vibraba débilmente en el aire, y lo usó para completar los pasos finales de estabilizar su avance.
Por unos momentos, todo estuvo en silencio. Las estrellas dentro de su núcleo giraban en perfecta armonía, y sintió el poder irradiando a través de él, constante y controlado. Mientras profundizaba en las vías de energía de su propio cuerpo, comenzó a notar la extensión total de los cambios que habían ocurrido durante su avance.