Los Peces Gemelos (3)

Los agudos ojos de Vitaliara brillaron con reconocimiento al sentir el sutil cambio en el aire. Los flujos de maná del bosque, antes caóticos y llenos de la presencia de espectros y otras bestias, se habían calmado. En su lugar, algo más profundo y poderoso comenzó a moverse a su alrededor.

Dejó escapar un suave murmullo, su voz llena de comprensión. «Están aquí».

Lucavion ralentizó sus pasos, sujetando firmemente su estoque mientras escudriñaba los densos y sombríos árboles que tenían delante. —¿Qué percibes?

La cola de Vitaliara se agitó, y su mirada se dirigió hacia la creciente oscuridad. «El flujo de maná a nuestro alrededor... es diferente ahora. Controlado. Parece que están abriendo el camino».

Los ojos de Lucavion se entrecerraron. —Nos están esperando.