Otro Más (4)

La chica del cabello negro echó una última mirada al alboroto del exterior, pero rápidamente lo descartó con expresión fría e indiferente. —No es asunto nuestro —murmuró con voz baja y definitiva. La criada, aunque aún curiosa, asintió en acuerdo y siguió a su señora hacia la posada.

El calor de la Posada Corazón Verde las recibió, en marcado contraste con la fría humedad del exterior. Dentro, la atmósfera era tranquila y modesta, con muebles de madera desgastados y algunos clientes dispersos, manteniéndose para sí mismos. El aroma de la lluvia y el fuego del hogar se mezclaban en el aire.

Detrás del mostrador había una mujer mayor, con el cabello veteado de gris y ojos agudos a pesar de su edad. Levantó la mirada cuando las dos se acercaron, observando sus capas de viaje finamente elaboradas y su comportamiento sereno.

—Bienvenidas a la Posada Corazón Verde —dijo con una sonrisa cálida pero cautelosa—. ¿Qué puedo hacer por ustedes, viajeras?