La Bóveda (7)

El suave resplandor que bañaba la cámara hacía que todo se sintiera sereno. Pero antes de que todo terminara, había una última cosa que hacer.

—Vitaliara —llamé, manteniendo mi voz ligera.

[¿Hmm?] Se volvió hacia mí, con curiosidad evidente en su mirada felina.

—Sube allí —dije, señalando hacia las paredes de la cámara, que se extendían muy por encima de nosotros.

[¿Por qué?] —preguntó, entrecerrando los ojos con confusión.

Simplemente sonreí. —Solo hazlo. Confía en mí.

Me dio una mirada escéptica pero obedeció sin más preguntas. Su forma esbelta se movió sin esfuerzo mientras escalaba las paredes con patas ágiles y rápidas, sus movimientos felinos y graciosos. En cuestión de momentos, había ascendido a un punto de observación cerca del techo, su mirada recorriendo la cámara desde arriba.

Desde su posición elevada, esperé su reacción, sabiendo que lo que estaba a punto de ver pondría la pieza final del rompecabezas en su lugar.