Elara permaneció inmóvil por un momento, asimilando las palabras del Capitán Eryndor. Su mirada se movió entre Cedric, cuya expresión estaba tan tensa como ella esperaba, y Lucavion, cuya sonrisa llevaba su habitual aire de confianza irritante. Los murmullos de los otros aventureros llenaban el aire, pero Elara apenas los registraba. Sus pensamientos se agitaban, una mezcla de preocupación y emoción burbujeando bajo la superficie.
«Luchando en el flanco central», pensó, sus dedos rozando la empuñadura de su bastón. El recuerdo de la batalla de ayer pasó por su mente—cómo la magia de escarcha que había entrenado durante años finalmente se había sentido viva, con propósito. Sus hechizos habían dado en el blanco, abriendo caminos a través del caos. Había mejorado, y podía sentirlo. Luchar junto a Luca de nuevo, aunque no lo admitiría en voz alta, sonaba... emocionante.