El Tercer Príncipe se tomó un momento para calmar su rabia burbujeante, bajando de su carruaje con una sonrisa forzada.
Su compostura era impecable, aunque sus ojos traicionaban su irritación.
—Hermana —saludó.
—Podría preguntarte lo mismo. ¿También viniste a ver al Clan Feng?
La Quinta Princesa descendió con gracia de su ornamentado carruaje, sus movimientos eran una muestra de refinada elegancia.
Vestía túnicas de carmesí profundo y oro, su porte real inconfundible esta vez.
—Sí, he venido a ver al Clan Feng. Le debo un favor al Clan Feng, y también quería confirmar algo.
Las cejas del Tercer Príncipe se fruncieron en confusión y creciente inquietud.
—¿Un favor? —preguntó, enmascarando su sorpresa con un velo de curiosidad—. ¿Desde cuándo conoces al Clan Feng?
El Tercer Príncipe estaba confundido ya que no había recibido ningún informe de Wang Zhiqing reuniéndose con algún miembro del Clan Feng.
Esto también era cierto para los otros príncipes y princesas.