El Primer Desafío

La tensión en el aire se volvió palpable mientras los discípulos de la Secta de la Llama Mística y el Palacio del Viento Espiritual se enfrentaban, sus miradas chocando como espadas.

Gao Mingrui se rio, su sonrisa ensanchándose mientras cruzaba los brazos.

—¿Oh? Parece que he tocado un punto sensible. ¡Qué predecible! La Secta de la Llama Mística siempre habla mucho, pero veamos si pueden respaldarlo en una pelea.

Yuan Ziyan estaba a punto de replicar, pero Ling Meiyu levantó una mano, deteniéndola.

—Ziyan, no hay necesidad de malgastar tu aliento en una persona así —dijo Ling Meiyu con calma, su voz tan fría como el hielo.

Dio un paso adelante, su mirada finalmente posándose en Gao Mingrui.

Por un momento, la multitud contuvo la respiración, sintiendo que algo significativo estaba a punto de suceder.

La expresión de Ling Meiyu permaneció indescifrable mientras hablaba.