Entonces, el grupo entró en la habitación y tomó asiento. Lin Jing agitó su mano, disipando el poder espiritual que mantenía la comida caliente, y de repente la fragancia era abrumadora...
Huang Qingling no pudo esperar para preguntarle al Anciano Yu:
—Viejo Yu, ¿qué hay del regalo que ibas a darme?
El Anciano Yu rió con ganas:
—Ja ja...
—No seas impaciente, no te quedarás sin nada...
Mientras hablaba, sacó un Colgante de Jade de su Bolsa de Almacenamiento y se lo entregó a Huang Qingling.
—Aquí, este es tu regalo...
—Un Colgante de Jade... —dijo Huang Qingling mientras extendía la mano y lo tomaba.
Después de recibir el Colgante de Jade, lo sostuvo y le dio vueltas, observándolo desde diferentes ángulos.
Un momento después, Huang Qingling levantó la mirada y preguntó al Anciano Yu:
—¿Qué funciones tiene este Colgante de Jade...?
En ese momento, el Elder Bai se unió a la conversación.
—Capacidades defensivas...
Huang Qingling frunció ligeramente el ceño: