—¡Espera un momento! ¡Esta chica me resulta muy familiar!
Algunos hombres observaron a Emilia de arriba a abajo. Al otro lado, Marqués se cubrió la frente ensangrentada y se puso de pie. Miró fijamente a Emilia, apretó los dientes y gritó:
—¿Qué diablos estás haciendo, retrasada?
Finalmente, todos lo comprendieron. ¿No era ella la hermana retrasada de Elsie?
Harold se apresuró hacia adelante, puso a Emilia detrás de él y adoptó una postura defensiva. Marqués lo miró fijamente, y la mujer a su lado seguía gritando:
—¡Mr. Marqués, está sangrando!
—¡Cállate! —rugió Marqués.
La mujer inmediatamente cerró la boca y se sentó allí en silencio mientras miraba a Emilia y Harold con los ojos muy abiertos.
El camarero y el dueño del restaurante se apresuraron a acercarse. Un hombre a su lado hizo un gesto con la mano y dijo:
—Está bien. Se conocen. Es solo un malentendido.