Cara Rígida

—¡Eres demasiado arrogante! —Arabella no pudo evitar golpear la mesa con enojo. Señaló a Emilia mientras su pecho se agitaba de ira—. ¿Cómo te atreves a decir eso sobre Vicente? ¡Tú...!

—Arabella, solo soy una retrasada. Espero que me perdones si digo algo mal —Emilia esbozó una sonrisa forzada.

Miró el reloj electrónico. Eliot probablemente estaba por llegar. Justo cuando se disponía a salir, escuchó un fuerte grito desde atrás:

—¡Detente!

Arabella respiró profundo e intentó suprimir su ira lo mejor posible.

—Te pedí que vinieras porque tengo algo que decirte. Quiero ver si puedes mantener la calma después de escucharlo —dijo.

Emilia frunció ligeramente el ceño. Miró hacia atrás y preguntó con incertidumbre:

—¿Sobre Vicente?

—Correcto —Arabella levantó las cejas hacia Emilia como si supiera que estaría interesada.

Sin embargo, estaba equivocada.

—Lo siento, no quiero saberlo —dijo Emilia con calma.

—¿Tienes miedo? —preguntó Arabella provocativamente.