¡Ayuda! ¡Sálvenla!

Arabella gritó con todas sus fuerzas. Todo su cuerpo estaba empapado y temblaba en el agua fría. Las lágrimas corrían por su rostro, lo que la hacía sentir realmente miserable.

Emma miró alrededor y no pudo encontrar ramas largas, ni tenía cuerdas u otras herramientas en su bolso. Estaba pensando en cómo rescatar a Arabella cuando escuchó su grito, quien pensaba que iba a morir y nadie vendría a salvarla. —¡Sálvenme! Por favor, no se vayan. Les daré dinero.

—Mamá, esperemos a ese tipo en la montaña —Stony tiró de las mangas de Emma.

Emma no dijo nada. «Estaba pensando en cómo salvar a Arabella. Si su pierna no estuviera lesionada, no sería un problema para ella salvar a Arabella por sí misma. Sin embargo, ahora era una lisiada y apenas podía caminar por su cuenta. Además, si Arabella se quedaba aquí sola, probablemente se asustaría y colapsaría».

Momentos después, Emma tomó la decisión. Se quitó el abrigo y le dijo a Stony:

—Quítate el abrigo.