Beverly fue llevada por la policía. Maury todavía estaba inconsciente en la cama. Elsie se encontraba en un estado mental perturbado.
—¡Eliot no era mi hermano! —agarró la manga de Eliot y preguntó ansiosamente—. Eliot, tú eres mi hermano, ¿verdad?
Eliot no respondió, sino que siguió al asistente hacia afuera.
Había esperado este día durante mucho tiempo, pero no esperaba que cuando finalmente llegara, su corazón dolería tanto.
Ni siquiera se atrevió a mirar atrás a Emilia, ni siquiera por un segundo.
Los tres se sentaron en silencio en el banco y presionaron sus hisopos de algodón. El asistente llevó las tres muestras de sangre etiquetadas al doctor y pidió la prueba más rápida.
El llanto de Elsie rompió el silencio. Preguntó:
—¿Y Mamá? Eliot, Mamá todavía está en la estación de policía...
Eliot no dijo nada.