Almacenamiento (4)

La primera parada fueron las compañías de agua.

En los días oscuros del desastre, los cuerpos de agua se secaron o fueron contaminados por amebas mortales.

Los supervivientes sufrieron deshidratación y enfermedades gastrointestinales, y los hospitales se desbordaron de pacientes.

Incluso después de los desastres, la lucha por el agua se intensificó: las bestias alienígenas custodiaban las pocas fuentes restantes, haciendo que la supervivencia dependiera del agua embotellada producida antes del apocalipsis y de los usuarios de poder mental capaces de producir y purificar agua.

Lu Nanzhi no dudó. Compró 1.000 tanques de acero inoxidable reforzado, cada uno capaz de contener 30 toneladas, y organizó que varias fábricas de agua mineral los llenaran. Estos serían entregados en el almacén de su fábrica.

También adquirió 2.000 contenedores de plástico y acero, desde 20 galones hasta 20 toneladas, para almacenamiento doméstico. Además, compró 5.000 cajas de botellas de cinco galones y 5.000 cajas de paquetes de doce unidades de agua purificada de medio litro, todo por dos millones de yuan.

Pero el agua por sí sola no sería suficiente. El calor abrasador del futuro requeriría reservas de hielo. Encontró una empresa procesadora de hielo y pidió 2.000 grandes bloques de hielo de un metro cúbico y otros 2.000 bloques más pequeños, gastando 140.000 yuan.

Mientras inspeccionaba la maquinaria de la fábrica, sus pensamientos se dirigieron a la filtración de agua. El gerente de la fábrica, ansioso por complacer a una cliente tan generosa, le ofreció una pista:

—Hay una planta de tratamiento de agua en venta. Ha sido abandonada por falta de fondos. Conozco personalmente al dueño.

Los ojos de Lu Nanzhi brillaron con interés.

Las máquinas de filtración de agua podrían no sobrevivir a los desastres venideros, pero dejar que los recursos valiosos se desperdicien era imperdonable.

«¿Debería comprarla? ¿O debería optar por compras de cero dólares?»

(Nota del Autor: Compras de cero dólares es una forma coloquial de decir saqueo.)

La instalación estaba solo a ocho horas en coche de casa.

Mientras lo meditaba, otro pensamiento la golpeó.

«¿La granja virtual desbloquearía una función de producción de agua?», se preguntó. Su curiosidad ardía, pero mantuvo su rostro impasible.

—Lo pensaré —respondió.

Tres días después, era hora de volver al Mercado Central. Después de liquidar sus pagos finales, los trabajadores cargaron sus pedidos en el camión. Rápidamente los transfirió a su espacio de inventario antes de partir de nuevo.

Su ruta se extendía por las principales áreas de producción. Primero, visitó fábricas textiles, de ropa y de ropa de cama. Haciéndose pasar por propietaria de una tienda departamental, hizo un gran pedido:

Mil conjuntos de ropa deportiva gris oscuro y trajes de asalto con características resistentes a los arañazos, a las puñaladas y al agua. Mil conjuntos de ropa de algodón transpirable para primavera y verano, atuendos gruesos de cachemira para invierno, y ropa interior adaptada a su talla.

Agregó cien de cada uno: mantas de cachemira, edredones de forro polar, edredones de plumón de pato, colchas frescas de verano, mantas eléctricas y almohadas, sumando 670.000 yuan.

La preparación era clave. Pidió diez máquinas de coser, tanto manuales como eléctricas, cien cajas de hilo de varios colores, kits de costura y rollos de la misma tela utilizada para los trajes de asalto.

En tiempos de caos, hasta el papel se volvía precioso. Visitó una fábrica de papel y se abasteció de dos mil cajas de rollos de papel, papel higiénico, pañuelos y hojas A4. También aseguró cien cajas de bolígrafos, lápices y marcadores.

Sus siguientes destinos fueron fábricas farmacéuticas. Con una sonrisa dulce como la miel, elaboró su historia:

—Mi empresa está organizando una campaña benéfica para proporcionar medicamentos a clínicas en áreas empobrecidas. ¿Podrían ayudar con los suministros de esta lista?

Ninguna empresa por sí sola podía satisfacer sus necesidades. Viajó incansablemente, acumulando cientos de cajas llenas de remedios para resfriados, inflamación, dolor, diarrea y tos. Reunió ungüentos para quemaduras, repelentes de mosquitos, cremas para dermatitis y tratamientos para el acné. Los suplementos vitamínicos para deficiencias de calcio, hierro y zinc completaron su reserva.

Agregó cinco mil máscaras N-95, doscientas cincuenta cajas de rollos de algodón, cien conjuntos de equipo de aislamiento, quinientos filtros de máscaras de gas, cientos de trajes de radiación, cientos de batas quirúrgicas y cincuenta kits quirúrgicos.

Las peleas serían inevitables. Aseguró elementos esenciales para el cuidado de traumas: kits de sutura, aerosoles para coagular sangre, desinfectantes, vendajes y jeringas. De una farmacia, compró cien cilindros de oxígeno.

—Gerente, por favor seleccione solo el stock más fresco y la mayor eficacia. Necesito versiones tanto para adultos como para niños. Mi desempeño depende de este evento. Si gano un bono, siempre volveré a su empresa para futuras campañas benéficas.

Los cinco mil yuan que deslizó en su bolsillo sellaron el trato. Los ojos del Gerente brillaron.

—No se preocupe, Señorita. Me encargaré personalmente.

Sus gastos totalizaron treinta millones de yuan.

Cansada de viajes incesantes, Lu Nanzhi finalmente se dirigió de vuelta a la ciudad. Estacionó su camión y subió las escaleras hasta su apartamento, solo para encontrar una figura inesperada esperando fuera de su puerta.

—¡Hermana!

Lu Nanzhi se quedó helada.

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