Trabajo en equipo

El cubo tenía cinco peces nadando dentro. Rayne sonrió por su éxito, mientras que Julian no podía entender cómo no había logrado pescar ni un solo pez.

—¡Debes haberme dado un señuelo defectuoso! —anunció Julian, tratando de encontrar cualquier tipo de excusa para su fracaso en pescar algo que no fueran manojos de hierba.

—Jajaja, pero incluso me hiciste intercambiar cañas de pescar contigo. Eso no tiene sentido —se rió Rayne.

Rayne recogió el cubo de peces.

—¡Terminemos aquí y preparemos la cena! Estoy pensando en pescado a la parrilla.

Julian se levantó y le quitó el cubo de las manos.

—Puede que no sea capaz de pescar un pez, pero sí sé cómo limpiarlo. Déjame limpiarlos aquí mientras tú te preparas.

—¡Oh, gracias! ¡Te dejaré encargarte de la limpieza entonces! —dijo Rayne mientras regresaba a la caravana.