Pensamientos en la Ducha

—Bien, me alegra que no estés herida. Parece que la frecuencia entre los terremotos se está alargando, así que eso es una buena señal —dijo Julian.

Rayne lo pensó y se dio cuenta de que tenía razón. Comparado con cuando salió de su casa en la ciudad, la frecuencia entre los terremotos efectivamente se había alargado.

—Sí, tienes razón. Incluso su duración se ha acortado un poco. Esperemos que esto signifique que terminarán pronto —respondió con una expresión pensativa.

—Sí, eso espero. Ya han causado mucho daño —dijo Julian, bostezando.

Rayne notó su expresión somnolienta. —Me iré a dormir ahora. Buenas noches.

—Que descanses —dijo Julian mientras veía a Rayne caminar de regreso a su habitación.

A la mañana siguiente, Rayne se despertó con ojeras bajo sus ojos. No podía dejar de pensar en el atractivo físico de Julian.