De vuelta en la base, Ella no dejaba de mirar su reloj de pulsera mientras observaba la puerta.
—Todavía no ha regresado, y ya son las 8 p.m. —dijo preocupada a su madre. Su madre también estaba inquieta, incapaz de concentrarse en otra cosa.
—Quizás se encontraron con un retraso inesperado, o el camino estaba en peores condiciones de lo esperado, como nos pasó a nosotros al venir aquí —dijo, rezando para que fuera así.
Esperaron otra hora hasta que Ella se levantó. —No puedo soportarlo más. Voy a la oficina de trabajo para ver si saben algo.
Su madre asintió, de acuerdo con la sugerencia de Ella. —Ve, pero no tardes demasiado.
Ella corrió rápidamente a la oficina de trabajo, notando que no era la única allí.
—¿Dónde está mi hijo? ¡Deberían haber regresado hace horas! —se lamentaba una anciana.
Ella se acercó rápidamente. —Disculpe, señora, ¿su hijo salió en una expedición de búsqueda esta mañana?