El cuarto piso estaba un poco más activo. Había muchas más personas aquí, y aparentemente, no todas eran miembros de la pandilla.
La primera habitación en la que entraron tenía dos pandilleros dentro, a los que Rayne rápidamente eliminó. La habitación de al lado, sin embargo, estaba llena de cautivos.
La habitación en sí era más pequeña que una sala de conferencias promedio, pero estaba llena con más de 30 personas. Había mujeres y niños, junto con hombres civiles comunes. Rayne no entendía para qué necesitaba la pandilla a estas personas.
Entró silenciosamente en la habitación y vio a todos apiñados para mantenerse calientes. El rostro de todos estaba lleno de miedo o desesperanza.
—¿Por qué los han capturado? —preguntó Rayne. Quería conocer los motivos detrás de tales acciones.
Una de las mujeres mayores miró a Rayne.