Noah entró en la autocaravana para presenciar la emoción de Ella.
Se acercó silenciosamente y la abrazó por detrás. Sus repentinas acciones sobresaltaron tanto a Ella que casi dejó caer todas las patatas que tenía en las manos.
—¡Noah! ¡Me has asustado de muerte! —exclamó ella.
—Shh, baja la voz a menos que quieras que nos descubran —dijo él en voz baja, besándole el cuello.
Cuando Julian había asignado habitaciones anteriormente, él había querido pedirle a Ella que compartiera una habitación con él, pero cuando Reginald le dijo a Ella que se quedara con ellos, supo que sería demasiado pronto.
Ella sintió que su cuerpo se calentaba con sus besos. La idea de ser descubierta era tan emocionante como aterradora para ella.
Sabía que su padre los mataría a ella y a Noah si los encontraba jugueteando, pero no podía detenerse--el tacto de Noah se sentía tan bien.