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Antes de separarse, Katrina le indicó a Cal que informara que Julian había sido encontrado. La misión principal era localizar a Julian, así que necesitaban reportar las buenas noticias rápidamente.
Cal echó una última mirada a su compañero y le deseó suerte para superar la enfermedad.
—Si aguantas hasta que regrese, te traeré medicina —dijo en voz baja.
Cal regresó rápidamente al coche en el que él y Katrina habían llegado y partió de vuelta a la ciudad.
Unas horas más tarde, finalmente llegó frente al apartamento de Dillon, escuchando el típico coro de gemidos que venía del interior.
Tomando un respiro profundo, golpeó la puerta varias veces.
—¡Pasa! —gritó Dillon desde el dormitorio.
Cal frunció el ceño, deseando que le dijeran que esperara o volviera más tarde, pero lentamente entró. Los sonidos de una apasionada relación sexual resonaban por todo el apartamento, sin importarles el nuevo visitante.