—Te lo aseguro —dijo inclinándose para susurrarle al oído—. Él es muy fuerte. Solo hay una persona que le impide desatar todo su poder y ese es Julian Barclay.
Los ojos de Rayne se agrandaron. Julian le había contado antes sobre la fuerza de Damien, pero no se dio cuenta de que Julian estaba actuando como una barrera, impidiendo que Damien saliera con toda su fuerza.
Dillon le colocó un mechón de pelo detrás de la oreja.
—Por eso voy a capturarlo cuando inevitablemente venga a salvarte. Dejaré que observe mientras hago que tu cuerpo se retuerza de placer.
Todo el color del rostro de Rayne se desvaneció. Su mente daba vueltas, tratando de descubrir cómo sabía sobre su relación con Julian.
Dillon sintió que ella temblaba ligeramente y sonrió.
—No te preocupes, mi amor. Me aseguraré de borrar cada lugar que él haya tocado. No recordarás que alguna vez existió cuando termine.