Capitulo 2 - Las brujulas

—Os bendeciré y entregaré a cada uno una Brújula del Abismo, ya sincronizadas para guiarlos hacia las reliquias —anunció Zoltren con solemnidad, invocando con un movimiento elegante a dos hadas de rango inferior.

Cada una sostenía con fuerza una brújula, que brillaba con un tenue resplandor azul mientras flotaban hacia los dos hombres.

Ambos observaron a las hadas sin decir nada. Con un leve gesto, tomaron las brújulas de sus delicadas manos. Al instante, las hadas desaparecieron tan rápido como habían llegado, dejando un rastro de polvo de mana.

—Entonces, Reina, ¿a dónde debemos dirigirnos? Supongo que esto no será algo sencillo —dijo el elfo con sarcasmo, cruzando los brazos mientras fijaba su mirada en los ojos rosados de Zoltren, quien parecía distraída observando al archimago.

El elfo rodó los ojos y volvió la vista hacia su amigo, que examinaba la brújula como si fuera un rompecabezas, girándola de un lado a otro con una concentración casi infantil. De repente, un leve "click" resonó en el aire.

—¿¡PERO QUÉ RAYOS ESTÁS HACIENDO!? —gritaron al unísono Zoltren y el elfo, acercándose rápidamente al archimago, que seguía fascinado con el interior del artefacto.

—¿¡Qué crees que haces!? ¡Es un objeto clase SSS! ¡Vale una fortuna en oro abismal! —vociferó la Reina, extendiendo una mano hacia la brújula en un intento de recuperarla.

—Amigo... ¿¡te volviste loco!? ¡Es nuestra única pista para encontrar esas reliquias! —exclamó el elfo, alargando también su mano.

El archimago dio un par de pasos hacia atrás, sosteniendo la brújula fuera de su alcance. La confusión en los rostros de Zoltren y el elfo aumentó cuando el ojo visible del archimago comenzó a brillar con un intenso tono azul.

—Este psicópata lo está haciendo otra vez —murmuró Zoltren, colocándose frente al elfo con las alas tensas.

—¿Q-qué está haciendo otra vez? —preguntó el elfo, claramente desconcertado.

—Mantente detrás de mí —ordenó la Reina, estirando sus manos al frente mientras extendía sus alas con firmeza.

—D-De acuerdo... —respondió el elfo, mirando nerviosamente cómo el brillo del ojo del archimago se intensificaba, mientras un aura oscura comenzaba a emanar detrás de él.

Zoltren cerró los ojos y susurró:

—Súplicas al cielo... protege mi alma y corazón, crea un muro a mi alrededor y aleja la magia maligna de este servidor.

Sus palabras fueron seguidas por un encantamiento en un lenguaje incomprensible:

—▒§∆∆£§|||¢▒.

Un resplandor envolvió a la Reina, y varios símbolos arcanos comenzaron a flotar a su alrededor, cada uno girando lentamente como engranajes mágicos.

El archimago murmuraba palabras ininteligibles:

—Crear... ▒∆∆∆¢§€▒ Sub ▒§××€▒...

—Esto no pinta nada bien. No estoy segura de que mi escudo pueda resistir lo que está por venir —admitió Zoltren con nerviosismo.

El archimago continuó:

—Máximo. ▒÷×¥°°¢§∆▒ Xonew ▒============£££§§§§§¢×¢×÷÷£=£°÷×§∆£§¢÷÷'=|=¢÷£×£§§▒.

El brillo de su ojo se desvaneció al mismo tiempo que dejaba la brújula en el suelo y daba unos pasos atrás.

—¿Qué estás haciendo? —gritó el elfo, entre asustado y furioso.

—Fortalecimiento. ▒€^^^£^^£×§'§▒ —declaró el archimago, extendiendo su mano hacia el escudo, reforzándolo con un nuevo brillo dorado que lo hizo aún más resistente.

La brújula flotó lentamente desde el suelo, sus piezas comenzaron a separarse una por una, desarmándose completamente. Lo que antes era un artefacto clase SSS ahora era solo un montón de partes flotantes.

—E.F.U.M ▒'§§£∆∆∆¢∆¢∆∆€∆∆€∆¢∆¢==¢=¢°¢§∆▒ —susurró el archimago.

La brújula del elfo comenzó a temblar violentamente, escapando de sus manos a pesar de su intento por sujetarla. En un instante, la brújula voló hacia las piezas desarmadas, desintegrándose también.

Ambos miraron la escena, perplejos pero sin atreverse a moverse, conscientes de que el escudo era lo único que los mantenía a salvo.

Un destello de luz emergió entre las piezas flotantes, rodeándolas con un círculo mágico. Pronto, más círculos aparecieron, hasta que veinte de ellos giraban en torno a las piezas, aumentando su velocidad con cada vuelta.

El ambiente se volvió oscuro mientras una cantidad masiva de mana comenzaba a concentrarse en las piezas. El archimago alzó su voz:

—Creación de objeto clase Z. ▒∆∆§£§§€§§£§×ו×'§§§§£×¢÷¢÷¢÷€÷π¢°^£π~×£§∆£∆£§¢×€÷¢÷¢π°€=€.

Los círculos mágicos ascendieron lentamente hacia el cielo, fusionándose en un solo gran círculo. Desde allí, cayó un pilar de luz de mana puro, sin principio ni fin, impactando las piezas de las brújulas.

El círculo explotó, esparciendo una onda expansiva de mana que revitalizó el bosque, aunque dejó algunas marcas en los árboles cercanos.

Cuando la luz se desvaneció, las piezas ya no estaban. En su lugar, flotaban dos objetos: dos Brújulas Celestiales, místicas y de clase Z.

El archimago las tomó sin dudar, guardó una y entregó la otra a su amigo, rompiendo el escudo con un simple movimiento de su mano.