Capítulo 29 :“Velocidad, secretos y reuniones no autorizadas”

—¡¿QUÉ CLASE DE AMIGOS HACEN UNA REUNIÓN NOCTURNA SIN MÍ?!

La voz de Tessia Run retumbó por todo el comedor de la Academia Real de Magia de Asteria, acompañada del golpe dramático de su bandeja contra la mesa. Su cabello parecía aún más alborotado de lo usual, y sus ojos dorados brillaban con indignación.

—Tessia... —murmuró Erian, hundido en su desayuno con ojeras de guerra—. Nos dijiste que te dormirías temprano para "recargar tus núcleos de velocidad".

—¡Era una metáfora espiritual! ¡Yo quería estar en esa reunión!

Dargan le dio un mordisco a su panecillo encantado (que chispeaba sospechosamente) y se encogió de hombros.

—Fue una charla casual, con pastel, tensión emocional, un poco de drama familiar, y alguien observando desde las sombras. Nada importante.

—¡Me perdí todo lo importante! ¡Eso es traición de equipo!

Ardyn, que sorbía té como si el caos no existiera, no levantó la vista del grimorio flotante junto a él.

—También dijiste que ibas a poner hechizos insonorizantes para "proteger tu templo del ruido del mundo".

—¡Otra metáfora!

Sylha, que se sentaba más atrás, se reía con la cara hundida entre sus brazos.

—Déjenla. La pobre solo quiere gritar su frustración en paz.

—¡Y lo haré! —exclamó Tessia levantando la cuchara como una vara mágica—. ¡Y como castigo, voy a quedarme con ustedes todo el día!

—Por favor, no —dijo Nella desde otra mesa—. Apenas sobrevivimos al desayuno con Dargan lanzando cubiertos encantados.

—¡Fue un experimento de puntería mágica! —dijo él, apuntando su tenedor a un huevo flotante.

Juno Belvast, más atrás, trataba de calmar a su bastón encantado que gritaba cosas como "¡TRAICIÓN! ¡ME DEJARON FUERA TAMBIÉN!" mientras rodaba en círculos.

Pero entonces, las puertas del comedor se abrieron de golpe.

—¡Atención, alumnos!

El imponente Profesor Ruden Valegorth, con su túnica negra adornada con marcas de combate, su bastón tallado en forma de lanza rúnica, y su permanente gesto de "detesto todo", entró como si estuviera declarando la guerra.

—¿Ya tan temprano? —murmuró Erian, temblando.

—Hoy tendrán una clase especial en el Coliseo Central. Y no quiero ni una queja, ni una excusa ni una explosión provocada por Zevalen.

Dargan levantó la mano.

—¿Y si la explosión no es provocada, sino que simplemente... ocurre?

—Te doy cinco segundos para correr antes de convertirte en el objetivo de práctica.

—¡Amo su estilo, profe!

Todos comenzaron a levantarse con expresiones divididas entre terror y emoción.

Tessia apuntó a sus compañeros mientras marchaban:

—¡Esto no ha terminado! ¡Me deben una noche de drama!

Sylha se giró mientras caminaban hacia la salida y le guiñó un ojo a Dargan:

—¿Estás listo para otro show, "Señor Campeón"?

—¿Naciste lista para el caos? —respondió él con una sonrisa torcida.

—Todo el tiempo, cuero ambulante.

Mientras salían rumbo al coliseo, Lyss Verhiel, desde uno de los pasillos superiores, observaba entre las sombras.

"No es solo su magia...", pensó mientras su hechizo de camuflaje vibraba levemente, "es el efecto que tiene sobre los demás..."

Su mirada se desvió hacia Tessia, que aún resoplaba como si estuviera calentando para una carrera, y luego a Juno, que discutía con su bastón como si fuera un duelo verbal de honor.

"Este grupo... definitivamente no es normal."

Y así, mientras el caos se dirigía hacia su próxima clase, algo más se tejía entre bastidores de la Academia Real de Magia de Asteria.

Fin del capítulo.