El rugido del dragón atravesó el cielo como un trueno enloquecido. El aire vibró. El suelo tembló. Y una niña de primer año en las gradas gritó:
—¡¡¡MAMÁ, ESE NO ESTABA EN LA GUÍA DE INGRESO!!!
Desde la distancia, el Dragón del Umbral desplegó sus alas. Tenía escamas brillantes que reflejaban el caos como un espejo distorsionado. Su mirada no era de furia… era de curiosidad. Una criatura antigua, liberada… confundida.
Y lo primero que vio fue a un grupo de estudiantes gritando.
—¿…Es demasiado tarde para fingir que estamos en una excursión escolar? —dijo Juno, que ya tenía una ilusión de picnic activada.
—¡SÍ! —gritaron todos los presentes.
Tessia, completamente electrificada por la adrenalina, gritó:
—¡¡ESTO ES UNA EMERGENCIA DE GRADO "AAAAHHH!!"!!
Sylvain Drakens, del equipo 5, se lanzó hacia adelante envuelto en luz, gritando:
—¡Bestia ancestral, yo te enfrentaré! ¡Soy el elegido por los cielos!
El dragón lo miró. Parpadeó. Luego lo sopló con un bostezo que lo mandó rodando diez metros.
—…Al menos no me quemó. Eso es señal de respeto —dijo Sylvain desde el piso.
Karla, flotando gracias a su magia gravitacional, gritó:
—¡Formación improvisada! ¡Contención en hexágono!
Orren lanzó un grito de guerra y cargó directo al dragón con su fuerza bruta canalizada. Frinta detuvo el tiempo por dos segundos exactos. Lio Daven tocó una nota tan alta que desvió la atención de la criatura por un momento.
—¡NO ES UNA BATALLA! —gritó alguien del público— ¡¡PARECE UN CONCIERTO CAÓTICO DE MAGIA!!
Desde el balcón principal, la directora Aerith Thaloren activó el escudo mágico. La energía en forma de cúpula descendió, protegiendo la zona externa. A su lado, Halbram Voreck seguía escandalizado.
—¡Esto va a salir mal!
—…O va a salir espectacularmente bien —dijo ella con una sonrisa leve.
Mientras tanto, Lyss y el encapuchado seguían observando desde lo alto de un risco.
—El sello se rompió. El Umbral respondió. Y sin embargo…
—…no está atacando con toda su fuerza.
—Quizás porque él lo descoloca —dijo Lyss, señalando a Dargan, que en ese momento le gritaba a Erian:
—¡ERIAN, NO LANZES ESA ESFERA! ¡ES UNA DE LAS QUE EXPLOTAN EN RISA INCONTROLABLE!
—¡Ups!
Explosión.
Media docena de estudiantes en el suelo, llorando de risa.
—¡LO SABÍA! —gritó Dargan.
El dragón rugió otra vez. Esta vez, una onda expansiva derribó árboles y rompió parte del escenario.
Pero entonces, Nella Draive se adelantó. Sus ojos se iluminaron. Sus manos se elevaron y levantaron una barrera triple reforzada que contuvo el impacto.
—…A veces olvido que tú eres la seria —murmuró Sylha.
—Y yo que ustedes empezaría a tomarse esto más en serio —dijo Ardyn, lanzando un hechizo de contención avanzada.
Las gradas comenzaron a vibrar. Pancartas surgieron de la nada:
"¡DARGAN Y SYLHA, LA PAREJA EXPLOSIVA!"
"¡LA OSCURIDAD Y EL CAOS HACEN MATCH!"
"¡BÉSENSE EN MEDIO DE LA DESTRUCCIÓN!"
—…¿QUIÉN TRAJO PANCARTAS A UN EVENTO DE SUPERVIVENCIA? —gritó Erian, medio cubierto de escombros.
—¡Yo lo haría otra vez! —dijo Tessia, que misteriosamente sostenía dos más con corazones oscuros.
En ese momento, el Dragón del Umbral rugió por tercera vez.
Pero esta vez… fue diferente.
Todos lo sintieron. Una ola de energía atravesó el campo. Las puertas del Umbral comenzaron a abrirse aún más… dejando escapar no solo luz… sino sombras.
Y desde el fondo de esas sombras…
Otra figura emergió.
Una criatura más pequeña. Humanoide. Pero con ojos como brasas. Y una risa que congelaba la médula.
—…Eso no estaba en el folleto —dijo Juno, mientras su bastón temblaba.
Dargan sonrió.
—…Ahora sí se puso interesante.
Fin del capítulo.