(Una mañana tranquila... que ya empieza a oler a problemas.)
—No puedo creerlo… —dijo Dargan mientras se ajustaba su chaqueta negra desgastada frente al espejo de su dormitorio, con una ceja arqueada—. ¿Vacaciones? ¿Eso fue todo? Tres días, un viaje en carreta cancelado, y un mensaje de “vuelvan ya que el dragón come demasiado”.
—Técnicamente sí fueron vacaciones —respondió Erian desde su cama, abrazando una almohada—. Solo que con cartas urgentes de la directora, explosiones menores, y un par de intentos de adoradores de Destructorcillo queriendo colarse al campus.
—Pfff, amateurs —bufó Dargan mientras abría la ventana—. Yo me colaba al sótano real de mi familia con siete hechizos activos y un gato invisible.
—…Ese gato sigue en la lista de criaturas mágicas más buscadas, ¿verdad?
—Obvio.
(En el comedor principal de los dormitorios…)
—¡Volvimos, cucarachas mágicas! —gritó Tessia, pateando la puerta de una patada giratoria, con su cabello alborotado y una túnica que parecía más un disfraz de velocidad que ropa oficial—. ¡Y tengo energía acumulada para lanzarles a todos al Umbral sin boleto de regreso!
—Buenos días, Tessia… —dijeron a coro varios alumnos, retrocediendo discretamente.
—¡A mí no me dejaron ir a la última parte del reto! ¡Y lo peor es que me enteré por los panfletos de los fanáticos! —agregó, sacando uno con una caricatura de Dargan y Sylha en actitud sospechosamente romántica con la frase: “¡La pareja del caos! ¿Matrimonio en el horizonte?”
—Por las barbas del archimago, otra vez ese artista… —gruñó Ardyn, sentado con su taza de té, claramente sin haber superado la locura del reto anterior.
—¡Ey! ¡Nos representaron bien! —exclamó Sylha, que apareció de la nada como una sombra feliz—. Aunque Dargan salió con la chaqueta mal abotonada…
—¡Eso fue intencional! ¡Es mi estilo! —gritó él.
(Mientras tanto, en una torre muy lejana de la academia…)
—Despertamos a Destructorcillo, absorbieron a la criatura del caos y la directora no nos castigó… —murmuró Lyss Verhiel, cruzada de brazos y observando la academia desde lo alto—. Esto se está saliendo de control.
—¿Eso no es lo que queríamos? —preguntó el heredero de la Llama Silente, de pie junto a ella, con sus ojos violeta profundo entrecerrados—. El equilibrio es frágil. Y Dargan Zevalen es una piedra que rompe cada balanza que toca.
—…Y aún así el dragón le da la panza para que lo acaricie.
—Eso es lo más aterrador de todo.
(De regreso al campus…)
—ATENCIÓN, ESTUDIANTES —la voz de la directora Aerith Thaloren resonó por todo el recinto—. Sean bienvenidos a la segunda mitad del año académico. Habrá nuevos desafíos, nuevos profesores, y sí… aún tenemos un dragón como mascota. Destructorcillo ya tiene su propio jardín mágico. No lo alimenten con pergaminos.
—¡Era uno solo! —gritó Juno Belvast desde el fondo, con su bastón encantado regañándolo.
—Hoy empezarán las clases con el nuevo programa: "Control de caos mágico avanzado"… diseñado especialmente después de los incidentes del Umbral. Y Dargan, gracias por accidentalmente obtener un título de Héroe del Desorden. Lo mandaremos a imprimir.
—¿Eso fue sarcasmo? —preguntó Erian.
—Con esa mujer nunca se sabe —respondió Sylha.
(Y mientras las nubes se forman sobre la academia... una grieta antigua comienza a abrirse muy lejos al norte. Un eco de algo… más antiguo… despierta lentamente.)