La sala de descanso asignada por los anfitriones de la Academia Vel Ardonis no tenía nada de relajante. Aunque elegante, con tapices flotantes, sillones que se adaptaban a la espalda del usuario y una mesa de madera negra que jamás tocaba el suelo, el ambiente estaba cargado. Cargado de tensión, expectativa… y de una cierta sensación de trampa inminente.
—¿Seguro que esto no explota si tocamos algo? —susurró Velira Moss, mientras analizaba los detalles de los bordes de la alfombra mágica.
—No explota —dijo Karla Nimor sin alzar la vista—. Pero hay tres hechizos de rastreo, dos de confusión menor, y uno de modificación atmosférica ligera. Básicamente, nos están espiando.
—Lo de siempre —murmuró Sylha Nox, recostada boca abajo sobre un sillón flotante, lanzando una burbuja de sombra entre sus dedos.
Dargan Zevalen estaba sentado en la esquina, con los pies arriba de una mesita flotante, comiendo uvas encantadas que cambiaban de sabor cada vez que las mordía.
—Me encanta que nos traten como si fuéramos criminales de guerra cuando solo venimos a ganar —dijo con una sonrisa perezosa.
Ardyn Lioras cruzó los brazos. Estaba de pie junto a una ventana con protección mágica, observando los terrenos del otro lado. Su expresión era dura, calculadora.
—Están provocándonos. Buscan generar desequilibrio antes del inicio.
En ese momento, la puerta se abrió.
Directora Aerith Thaloren entró, con su porte elegante y su bastón grabado con runas vivientes. A su lado estaban Kaelir, ajustando su capa de vigilancia, y Lyss Verhiel, silenciosa, con la mirada fija en cada rincón como si todo el cuarto fuera una amenaza.
Aerith alzó un pergamino que se desenrolló solo, mostrando líneas doradas de escritura viva que flotaban frente a todos.
—Ha llegado el momento de que conozcan las Reglas Oficiales de la Guerra Académica Número 126.
Los siete estudiantes de Asteria se enderezaron al instante.
Aerith leyó con voz clara:
1. Los enfrentamientos serán grupales, con escuadrones de entre 4 y 6 miembros.
2. Serán evaluados por observadores mágicos en tiempo real.
3. Se medirá: estrategia general, uso del entorno, hechizos únicos, creatividad, cooperación y resolución ante imprevistos.
4. Las trampas mágicas, ilusiones complejas y la adaptación espontánea aumentarán la puntuación.
5. Cada enfrentamiento tiene un límite de tiempo. Si no hay victoria, se determinará el resultado por evaluación.
6. El evento final será el “Enfrentamiento de Élites”, combate uno a uno entre los siete mejores representantes de cada academia.
7. La academia perdedora cederá un conocimiento ancestral de sus archivos como tributo.
Hubo un silencio largo. Muy largo.
Tessia Run parpadeó tres veces seguidas.
—¿Perder significa… regalar uno de nuestros secretos mágicos milenarios?
—Exacto —respondió Aerith, sin emoción.
—¡Es una locura! —exclamó Velira, poniéndose de pie—. ¿Y si ellos nos roban técnicas de protección? ¿Hechizos de invocación prohibida? ¡Eso puede cambiar el equilibrio de las naciones!
—Por eso no podemos perder —dijo Karla, firme.
—Al menos el combate uno a uno suena divertido —murmuró Sylha, con una sonrisita de sombra.
Dargan se incorporó, estirándose como si despertara de una siesta, y se acercó al pergamino.
—¿Y cómo se asignarán los enfrentamientos grupales?
Aerith hizo un gesto, y el pergamino mostró un mapa mágico que proyectaba una arena fragmentada en diferentes escenarios: bosque encantado, ruinas voladoras, laberintos de cristal, lagos de gravedad alterada, y más.
—Cada ronda será en un entorno diferente. Sus oponentes serán aleatorios hasta las fases finales. Ustedes no podrán elegir su equipo en cada enfrentamiento. Se los asignará el sistema mágico neutral de Vel Ardonis.
—Lo cual puede significar que me toque con Jarek Noul o con el niño de necromancia con cara de pastel —dijo Tessia.
—Lurn Vex —aclaró Ardyn—. Y sí, es peligrosamente bueno. Fingió una torpeza para no mostrar su verdadero poder durante las pruebas preliminares.
Aerith continuó:
—Por eso deben entrenar juntos, cruzando habilidades y estrategias, sin depender del grupo habitual. A partir de mañana, se entrenarán en rotación con apoyo de Kaelir y Lyss. Yo asistiré personalmente a sus simulacros.
Kaelir intervino, con su tono neutro:
—Enfrentarán ambientes ilusorios donde incluso sus propias habilidades podrían volverse en su contra. Algunos escenarios los forzarán a tomar decisiones éticamente complejas. No ganarán por fuerza, sino por claridad táctica.
Lyss, sin levantar la voz, añadió:
—Y algunos de sus oponentes intentarán hacerles dudar de ustedes mismos. Los de Vel Ardonis no solo usan magia ofensiva. Muchos atacan la mente, los recuerdos o incluso su vínculo mágico interno.
El silencio se volvió denso.
Dargan rompió la tensión con una sonrisa torcida.
—Perfecto. Magia contra la mente. Caos contra la ilusión. Dolor contra estrategia.
Se giró hacia el grupo, su expresión cambiando de travesura a determinación pura.
—Entonces vamos a darles una guerra que no puedan olvidar.