La sala de descanso mágica
Los siete elegidos de la Academia Real de Magia de Asteria estaban reunidos en un salón circular hecho de piedra azulada. Las paredes estaban encantadas con paisajes ilusorios: bosques serenos, montañas nevadas y cielos despejados, como un respiro para los sentidos.
Había silencio al principio.
Hasta que Velira Moss lanzó una almohada mágica al centro y explotó en confeti brillante.
—¡Nos robaron la victoria! ¡Por un punto! ¡Un! ¡Punto! ¡Dargan! ¡Haz algo!
Dargan Zevalen, tumbado en un sofá encantado que flotaba, no abrió los ojos.
—¿Qué quieres que haga? ¿Lanzarles una carta bomba? ¿Rellenar sus pociones con laxantes mágicos?
Tessia soltó una carcajada.
—¡Sí! ¡Eso! ¡Eso suena increíble!
Ardyn Lioras, siempre serio, estaba revisando un grimorio flotante, sin levantar la vista.
—Ese punto de diferencia fue legítimo. Nos superaron en dominio del entorno. Hay que aceptarlo.
Sylha Nox, sentada con las piernas cruzadas sobre una mesa, sonrió con media boca.
—¿Y si aceptamos... pero también devolvemos el favor en la siguiente prueba?
Karla Nimor, fría como siempre, habló sin sarcasmo por primera vez.
—Mejor. Sin excusas. Que se arrepientan de esa mínima ventaja.
Nella Draive, más callada, miraba un cristal de evaluación flotante. Parecía molesta consigo misma.
Lyss Verhiel, a un lado, observaba todo en silencio, como si tomara notas mentales. Kaelir caminaba con las manos en la espalda, muy pensativo.
Entonces llegó la directora Aerith Thaloren, con pasos suaves y mirada firme.
—Muy bien, siete tormentas con piernas, escuchen. —Sacó el pergamino de la Guerra Académica y lo desplegó. Una luz dorada iluminó el salón.
Reglas Oficiales de la Guerra Académica Número 126
Prueba 2: “Ruptura de Sigilos y Defensa Múltiple”
Objetivo:
Cada academia deberá proteger una torre mágica central encantada con múltiples sigilos, mientras intenta romper la torre enemiga.
Cada equipo tendrá una base con cuatro círculos de protección: uno mental, uno físico, uno elemental y uno ilusorio.
Ganará la academia que rompa más círculos enemigos en el tiempo establecido o logre desactivar la torre completa.
No se permite el uso de magia destructiva directa sobre los núcleos, solo tácticas de interferencia, infiltración y combinación de especialidades.
Puntaje:
Se evaluará por número de círculos destruidos, creatividad en los métodos, coordinación entre miembros y defensa efectiva del propio núcleo.
Duración: 1 hora exacta.
Restricción: No se permitirá comunicación mágica exterior. Cada miembro deberá confiar en sus compañeros.
—Es un juego de asedio y defensa, —dijo Aerith cerrando el pergamino—. Y les advierto que los del Vel Ardonis son especialistas en infiltración, engaños y sabotaje. Farah, Kael, Syriel... ellos entrenan en campos de sigilos rotativos desde los doce años.
Dargan se sentó por fin.
—Perfecto. Siempre quise derribar una torre mientras me lanzan cuchillos mágicos.
Velira levantó la mano.
—¿Podemos poner trampas? ¿Muchas? ¿Trampas con babosas explosivas? ¿Trampas que te afeiten las cejas?
Tessia se abalanzó.
—¡¡Sí!! ¡Y yo puedo correr en círculos para confundir al enemigo mientras grito cosas raras!
Ardyn negó con la cabeza.
—Tendremos que dividirnos en parejas estratégicas. Uno para cada tipo de defensa.
Karla ya estaba anotando.
—Yo tomo el círculo gravitacional. Lo haré inquebrantable.
Nella asintió.
—Yo puedo reforzar el círculo físico con barreras acumuladas.
Lyss, por primera vez, habló sin que se lo pidieran.
—Yo iré al perímetro más lejano. Si alguien intenta colarse, lo sabré antes que sus propios compañeros.
Kaelir solo dijo:
—Les devolveremos el punto. Y algo más.
En la Academia Vel Ardonis
Mientras tanto, en la sala de estrategias opuesta, la anciana directora de Vel Ardonis sonreía con los ojos entrecerrados.
—Les dimos el primer golpe. Ahora... ¿están listos para que olviden cómo defenderse?
Kael Vharos simplemente asentía.
Farah Zenn practicaba espejos dobles, simulando a cada uno de los siete de Asteria.
Syriel Vennar reía mientras fingía la voz de Dargan.
Jarek Noul golpeaba el suelo como si ya estuviera dentro de la torre.
Naeva Drinvel hacía girar dagas líquidas en el aire.
Lurn Vex dibujaba runas de necromancia ligera con el dedo en el aire.
Rhell Asnod pulía su próxima arma encantada.
Y todos esperaban con una mezcla de hambre y propósito.