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Cao Xing ignoró a esos tipos y siguió adelante.
Mientras tanto, la milicia se apresuró, cada uno sosteniendo sus armas, bloqueando a Cao Xing y su grupo.
Pero no actuaron inmediatamente, aparentemente conscientes de que no debían meterse con el grupo de Cao Xing.
El jefe de la milicia dijo:
—Señores, este es el Pueblo del Río Amu, uno de los territorios del Barón Karl. No se permite entrar sin permiso.
Cao Xing frunció el ceño y preguntó:
—¿Territorio del Barón? ¿Qué está pasando con este humano?
El capitán de la milicia explicó:
—Este es un loco de nuestro pueblo; cuando era joven, vio al Demonio de Nieve comerse el corazón de su madre con sus propios ojos.
—Desde ese día, comenzó a volverse mentalmente inestable, balbuceando todo el día, e incluso atacando locamente a otros.
—Luego fue encerrado en casa por su padre con una cadena de hierro, y hoy, por alguna razón, escapó.
—Disculpen por haberlos asustado.
Cao Xing asintió levemente.