Los labios agrietados del teniente formaron gradualmente una sonrisa aterradora.
Miró a Cao Xing y a los demás, con un toque de burla en sus ojos.
—¿Oh? ¿Intentando un nuevo truco hoy, tratando de sacarme información?
—Ja... Ustedes cultistas deberían rendirse, no importa qué medios usen, ¡nunca me rendiré ante ustedes!
—Conozco su objetivo, ¿no es simplemente hacer que me una a la Iglesia de la Luz y luego usar mi posición para pasarles información?
—¡Les digo que no hay manera! —gritó fuertemente el teniente.
Cao Xing, al escuchar esto, respondió alegremente:
—¡Poder hablar tan fuerte significa que todavía tienes mucha fuerza!
—Ja... ¿Crees que soy tan débil como ustedes cultistas? —respondió con desdén el teniente—. Será mejor que esperen, ¡Su Majestad el Rey seguramente descubrirá su conspiración!