Los aldeanos de la Aldea de los Cerdos llevaban sonrisas alegres en sus rostros.
Al igual que el Viejo Mel, la necesidad principal para la gente común en este mundo era garantizar su seguridad vital.
Claramente, el territorio de Cao Xing podía satisfacer esa demanda.
[Debido a que la prosperidad de tu territorio ha alcanzado el nivel requerido, los nuevos miembros se sienten seguros, miembro del territorio: Rubén, la lealtad ha aumentado, lealtad actual: 75]
[Debido a que la prosperidad de tu territorio ha alcanzado el nivel requerido, los nuevos miembros se sienten seguros, miembro del territorio: Elena, la lealtad ha aumentado, lealtad actual: 93]
[Debido a que tú...]
Una leve sonrisa apareció en los labios de Cao Xing.
Las puertas del territorio se abrieron de par en par.
Al ver a Cao Xing y sus compañeros regresar a salvo, los súbditos también los recibieron con sonrisas.
Uno por uno, saludaron sonriendo:
—Bienvenido de vuelta, Señor.
—¡Buenos días, Señor!