Si Cao Xing pudiera matar a este Salmón Rey, obtendría al menos mil kilogramos de carne de pescado de nivel épico.
Las pupilas de Cao Xing se contrajeron, su corazón instantáneamente se llenó de inmensa tentación.
—¡Boom! ¡Boom boom!
El sonido de violentas colisiones seguía llegando; el Salmón Rey parecía estar todavía luchando.
Sin embargo, después de unos cuantos coletazos más, finalmente se quedó sin fuerzas y se desplomó sobre el hielo.
Esta poderosa criatura épica parecía convertirse en carne de pescado esperando ser despiezada.
Justo entonces, el Salmón Rey abrió lentamente su boca y habló en lenguaje humano.
—Humano... déjame ir...
Al escuchar la voz, todos los presentes se miraron con asombro.
Blom, frotándose su gran cabeza calva, dijo incrédulo:
—¡Por los dioses, acabo de escuchar a un pez hablarme!
Pero pronto, aceptaron este hecho.
Después de todo, en un mundo tan mágico, este fenómeno era bastante normal.
Cao Xing preguntó directamente: