—Parece que después de hoy, el País Yun no tendrá un lugar para mí, Mo Wangchen...
Mirando a la Caballería de Hierro Negro Maléfico que emanaba un aura asesina, Mo Wangchen frunció el ceño profundamente. Después de un momento de silencio, apareció un colgante de jade en su mano, el cual luego aplastó.
Este colgante de jade era precisamente el que Qin Yue le había dado en la subasta de la Píldora de Juventud.
Qin Yue le había dicho una vez que mientras el colgante de jade fuera aplastado, ella sería capaz de sentirlo y correría al lado de Mo Wangchen.
—¡Maten! —gritó fríamente Yun Yi mientras agitaba su mano. Al instante, cientos de soldados de la Caballería de Hierro Negro Maléfico, armados con lanzas, avanzaron amenazadoramente.
—Todos ustedes vigilen a este chico; ¡déjenme al viejo a mí! —dijo el Anciano Ling a Wan Quan y a los poderosos miembros de la Alianza de Alquimistas detrás de él. Luego saltó al aire, flotando allí.