—Interesante, ¿quién hubiera pensado que Mo Wangchen también era un Cultivador de Espada?
—Por lo que se ve, ¿su esgrima podría ser su mayor fortaleza?
En las gradas circundantes, el público bullía en discusiones, sin haber considerado desde el principio que Mo Wangchen conocía la esgrima.
Con la Espada Yuanhong en mano, todo el comportamiento de Mo Wangchen también se transformó. Sus ojos se volvieron mucho más fríos, su mirada clara, como si destellos de Luz de Espada pasaran por ellos, y esa aura afilada y feroz propia de un Espadachín brotó de él.
—¿Hmm?
Xiao Feiyuan frunció ligeramente el ceño, con sorpresa en sus ojos. Claramente, él tampoco había esperado que Mo Wangchen fuera un Espadachín. Ahora, el aura que irradiaba Mo Wangchen, esa cualidad trascendente de un Espadachín, le dejaba muy claro a Xiao Feiyuan que la esgrima de Mo Wangchen probablemente estaba lejos de ser simple.
—¿No vas a retroceder?
Después de un breve silencio, Xiao Feiyuan soltó una risa fría: