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Tap, tap, tap...
En la tranquila Sala de la Arena de la Familia Shang, todos miraban fijamente al anciano alto y delgado hasta que surgió el sonido de pasos apresurados. Poco después, cerca de una docena de extraños vestidos de negro irrumpieron en la sala desde el exterior, alineándose en una sola fila detrás del anciano alto y delgado.
Una de las figuras de negro recorrió con la mirada a todos en la sala y se rió:
—¡Así que todos los miembros de la Familia Shang están escondidos aquí. Eso facilitó nuestra búsqueda y nos ahorra la molestia de buscar a cada uno de ustedes!
No fue hasta que este hombre de negro habló que Shang Yan y los demás finalmente volvieron a la realidad. El Jefe de Familia de la Familia Shang se levantó bruscamente de su asiento y gritó:
—¿Quiénes son ustedes exactamente? ¿Por qué nos atacan sin siquiera preguntar la razón?