—¡No busco grandes fortunas, espero que el señor pueda tomarme como discípula!
La declaración de Xue Qi sonaba algo fantástica, pero al considerarla más detenidamente, se alineaba con su personalidad, pues esta mujer siempre había sido aficionada a alcanzar ramas más altas.
¿No fue su traición inicial a Shang Li y su familia hecha para ascender hacia Shang Huiyu, el estimado joven maestro de la Familia Shang? Ahora que se le presentaba una oportunidad aún mejor, ¿cómo podría Xue Qi no intentarlo?
Aunque tales palabras podían provocar la ira del anciano alto y delgado, Xue Qi se había lanzado sin precaución, y creía que la probabilidad de éxito no era baja, porque ese anciano parecía inusualmente apegado a ese jade rojo sangre.
—Muchacha, tienes agallas. ¿No temes que te mate aquí mismo?
Respecto a la petición de Xue Qi, el anciano alto y delgado no accedió inmediatamente. En cambio, un destello agudo brilló en sus ojos, y pronunció estas palabras fríamente.