166 ¿Envenenamiento?
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—Yun Xiao, no sirve de nada negarlo —se burló Xuan Zhi—. Bi Luo y yo vimos con nuestros propios ojos cómo asesinaste a Guan Hu. ¡Incluso si apelas a los Ancianos, no escaparás del crimen de matar a un compañero de la Secta!
El rostro de Xuan Zhi se iluminó con una fría sonrisa de satisfacción —la primera desde que conocía a Yun Xiao—, usualmente era Yun Xiao quien lo hacía terminar con el rostro polvoriento y humillado.
—Bien entonces, llevemos este asunto a los Ancianos y dejemos que ellos decidan cómo debe ser juzgado.
Sin embargo, cuando la voz de Xuan Zhi se apagó, los ojos de Yun Xiao se iluminaron. Aprovechó la oportunidad para hablar ya que sabía que los Ancianos de la Secta, incluyendo aquellos de la Secta de Olla de Jade, no eran irrazonables. Podría haber un destello de esperanza entonces.