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—Madre... madre, ¿incluso tú has empezado a engañarme?
La voz de Ling Wan temblaba mientras hablaba, su rostro tornándose extremadamente pálido. Su madre era su último apoyo y anhelo dentro de la familia. Si incluso su propia madre elegía engañarlo, entonces verdaderamente no quedaba nada en la Familia Zhao a lo que aferrarse.
—Pequeño bastardo, esto no tiene nada que ver con tu madre. Es todo idea de tu padre. Si no fuera por esto, ¿podrías siquiera regresar a esta casa? —Antes de que la madre de Ling Wan pudiera hablar, Zhao Huan, el Jefe de la Familia Zhao, ya había maldecido en voz alta. Aunque su grito estaba lleno de ira, fue un gran alivio para Ling Wan.
Parece que este asunto no fue idea de su madre, sino un plan elaborado por su cruel padre. Ahora que Zhao Ningshu ya estaba aquí, las acciones de Ling Wan en la Secta de Olla de Jade probablemente no habían pasado desapercibidas para Zhao Huan.