Doscientos Sesenta y Cuatro Puerta de Cristal de Hielo

¡Crack! ¡Crack, crack!

Entre las miradas atónitas de la multitud, las grietas en el escudo de luz azur se volvían cada vez más numerosas y densas. Parecía como si estuviera a punto de romperse.

En este momento, los espectadores ya no podían preocuparse por el cultivador de la Etapa Temprana del Reino de Empuje del Meridiano que había sido encerrado en hielo como una escultura, pues sus ojos estaban fervientemente fijos en las grietas del escudo de luz, preparándose para ser los primeros en entrar al Tesoro del Meridiano. Sin duda, esto aumentaría enormemente sus posibilidades de obtener tesoros.

—¡Todos tengan cuidado! —en cierto lugar, Mo Qing, con su poderoso Poder del Alma irradiando hacia el exterior, tenía una expresión algo solemne mientras hablaba suavemente a los dos hermanos marciales a su lado. Ella misma ya estaba completamente preparada.