El sol de la mañana se elevó, proyectando un brillo dorado por todas partes.
Xiao Ye, llevando el Sable de Llama en su espalda, caminaba con determinación por el camino principal hacia la Aldea de la Familia Xiao.
Pronto, la familiar aldea apareció ante sus ojos.
En la entrada de la Aldea de la Familia Xiao, gruesos troncos de árboles formaban una cerca circular, manchada con rastros de sangre.
Detrás de la cerca, dos hombres corpulentos vestidos con pieles de bestias montaban guardia, escaneando el entorno con agudeza.
—¿Hm? ¡Alguien viene! —uno de los hombres corpulentos enfocó su mirada y al ver una figura en la distancia, inmediatamente se puso alerta.
—¿Ha vuelto la Banda del Lobo Sangriento? —el otro hombre, sobresaltado por el comentario, rápidamente desenvainó su arma, tensó su cuerpo y miró hacia el final del camino.
Allí, un joven que llevaba una enorme espada de batalla caminaba hacia la entrada de la aldea.