Xiao Ye caminó hacia Ling Yang cuando de repente se escuchó una voz.
—Entrando en la Torre de Marionetas y rompiendo el récord más alto en solo un año de membresía, y ahora derrotando a Sun Zitong, eres bastante impresionante.
Xiao Ye se detuvo en sus pasos, desviando su mirada hacia la entrada del cañón.
Fue entonces cuando notó que su batalla con Sun Zitong había atraído a bastantes discípulos desde dentro del cañón para observar.
Quien acababa de hablar era un joven de unos veintiséis años.
Su cabello negro como tinta caía en cascada, una ligera sonrisa colgaba en sus labios, saliendo de la niebla ondulante, como un emperador, haciendo que los discípulos de la secta interior se apartaran por temor mientras se acercaba.
Al ver a este joven, los ojos de Xiao Ye se estrecharon, y una escena surgió repentinamente en su mente.