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Durante los siguientes tres meses, Xiao Ye se recluyó, sin siquiera salir a visitar las tabernas, dedicándose por completo a romper los límites de su Poder del Cuerpo Físico.
Mientras tanto, la Ciudad Estrella Antigua se volvió aún más animada, ya que el Viejo Loco arrojaba tesoros con más frecuencia, y cada vez que lo hacía, era por docenas, atrayendo a un gran número de Artistas Marciales a la ciudad, que se abarrotó de Artistas Marciales Innatos por todas partes.
Meng Fei y Xu Yan se sentaron en la taberna, bebiendo en silencio.
—¡Llevo casi medio año aquí en la Ciudad Estrella Antigua, y maldita sea, no he logrado arrebatar ni un solo tesoro! —maldijo Meng Fei en voz baja, vaciando su copa de un trago.