—¡Mi Verdadero Intento de las Artes Marciales ha crecido tanto! —Xiao Ye abrió sus ojos, su rostro rebosante de sorpresa.
En este momento, las pupilas oscuras de Xiao Ye fueron reemplazadas por dos grupos de llamas. Con solo un pensamiento, la abrumadora Verdadera Intención del Fuego se elevó hacia el cielo, barriendo en todas direcciones.
¡Sss, sss, sss!
Una vez que la Verdadera Intención del Fuego se materializó, treinta Lotos de Fuego flotaban en el vacío. Si no fuera por el control deliberado de Xiao Ye, todo en un radio de cien metros habría sido envuelto en un mar de fuego, incinerando todo hasta las cenizas.
—¡Sesenta por ciento de la Verdadera Intención del Fuego! —Xiao Ye agitó su mano, y los Lotos de Fuego se dispersaron. Sus ojos brillaron profundamente, su cuerpo lleno de confianza.