—Es Xue Sha, el Discípulo Directo de la Secta de Sol y Luna. Recientemente ha llegado a la fortaleza de la Secta de Sol y Luna en la Ciudad del Sol Rojo —dijo Ji Hong.
—¡Xue Sha! —Al escuchar este nombre familiar, la mirada de Xiao Ye se volvió fríamente helada.
No podía olvidar la escena de hace un año y medio cuando aquel joven, vestido de sangre como un Dios de la Muerte, cometió una masacre dentro de la Alianza Xiao, matando al menos a cien miembros de su clan ese día.
Si no hubiera sido por su uso del Tóken de Jade de Sellado del Reino Xuanwu para asustar al oponente, las consecuencias habrían sido inimaginables.
Desde ese día, había recordado firmemente el nombre de Xue Sha.
—Qué estrecho es el camino para los enemigos —los ojos de Xiao Ye brillaron fríamente.