Esa presión era como las olas gigantes en el océano, golpeando a los jóvenes prodigios ola tras ola, actuando sobre sus cuerpos.
Jiang Yunfan y Xue Zhan, que habían ascendido por la Avenida de Jade Blanco, también estaban inclinados. Estaban interiormente conmocionados y apresuradamente liberaron su perfecto Qi Verdadero Innato, levantando una defensa para resistir esta presión, y sus cuerpos gradualmente se enderezaron.
Esta presión no era demasiado fuerte, pero una vez que el Qi Verdadero Innato de uno alcanzaba la perfección, junto con una fuerza de voluntad extraordinaria, era relativamente fácil atravesarla.
—¿Orgullo Celestial Wang Lin? —Jiang Yunfan y Xue Zhan miraron a Xiao Ye al mismo tiempo, sus rostros llenos de perplejidad.
—¡Tu Qi Verdadero Innato aún no está completo!
Entre los diez mejores jóvenes prodigios en la Lista del Dragón Oculto, solo Xiao Ye aún no había logrado el Qi Verdadero Innato perfecto. Era realmente extraño.