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Xu Nian miró a la exquisita mujer frente a él, sus mejillas aún sonrojadas con los restos de su locura anterior, y su cabeza se hinchó con la comprensión de lo que acababa de hacer.
Mientras recordaba cuidadosamente, encontró que los detalles de hace un momento se habían vuelto muy borrosos, pero esa sensación era locamente real.
—Eh, no fue mi intención que esto pasara... Me haré responsable —Xu Nian abrió la boca y finalmente logró decir.
—¿Hacerte responsable? ¿Cómo te harás responsable, está bien si te pido que mueras? —dijo fríamente la exquisita mujer.
—¡Está bien! —Xu Nian, sin saber de dónde sacó el valor, pronunció una palabra.
Al escuchar las palabras de Xu Nian, los ojos de la exquisita mujer se afilaron repentinamente, su espada lista para acabar con el hombre frente a ella que había tomado su cuerpo.
Pero al final, no pudo hacerlo; la hoja rozó el cuello de Xu Nian, dejando solo un corte superficial.